El realismo poético francés

Cine

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El realismo poético francés

 

Durante la década del treinta, en Francia, directores y productores se vuelven independientes a la fuerza cuando quiebran los grandes estudios, y generan una corriente cinematográfica que lleva el cine hacia el naturalismo.

Antes que nada, y porque todo arte indefectiblemente es hijo de su época, tengamos en cuenta que son años difíciles, que hay una profunda crisis económica y la humanidad, sin haber superado el horror de la Primera Guerra Mundial se encamina hacia el horror de la Segunda. La atmósfera está cargada de pesimismo, de angustia existencial, de miserias. El ser humano enfrenta su destino trágico con desesperanza. Y los protagonistas de estos films, en general no escaparán de ello.

Cuando decimos que es un cine naturalista, nos referimos al naturalismo como esa corriente que existe en el arte en general, cuyo tema fundamental es mostrar al ser humano “al natural”, mostrar la realidad en crudo, sin idealizar (la idealización es romanticismo, y el naturalismo es opuesto al romanticismo).

El naturalismo es realismo, y cuando ese realismo denuncia una situación injusta, poco humana, se lo suele llamar “realismo social”.

Pero aquí viene entonces una característica esencial de este movimiento: y es por qué al realismo le agregan lo de “poético”.

Pensemos ahora en el gran movimiento realista del cine que surgirá en la década siguiente: el neorrealismo italiano. Si bien es un cine naturalista, que muestra la realidad al desnudo y por momentos en sus momentos más crueles, tiene una diferencia sustancial con el de los franceses: el de los italianos está filmado de manera bien realista (por una cuestión conceptual, pero también por la miseria de los presupuestos al terminar la guerra). Es un estilo que por momentos parece documental, con escenarios naturales, sin escenografías, sin más iluminación que la luz natural, con algunos actores mezclados entre gente común, no profesional.

En cambio, en este realismo francés hay algo muy francés: el cuidado estético (recordemos que Francia ha sido históricamente el reino de la razón y la belleza). La imagen es precisa, limpia, perfectamente iluminada. Las formas están muy cuidadas. La temática es naturalista pero los recursos son más de un lenguaje cinematográfico exquisito que naturalista.

A su vez, esos personajes de los bajos fondos, de vidas miserables, caídos en desgracia, con historias regidas por la fatalidad, son por momentos tan humanos que conmueven, son de una sensibilidad profunda, emocionante. Esa humanidad tan al natural y descarnada, tan conmovedora, y esa estética llena recursos bellos se combinan generando un alto grado de lirismo, de emoción, de poesía. Y por eso mismo a este reqalismo se le llama “poético”.

La realidad cruda es poesía. La fealdad se puede mostrar poéticamente. Y en sus miserias, el ser humano puede ser tan conmovedor como en sus grandezas.

 

Imagen: Jean Gabin y Junie Astor en Les bas-fonds (Los bajos fondos, Jean Renoir, 1936), basada en una obra de teatro de Máximo Gorki.

 

Películas representativas:

L’Atalante (1934) de Jean Vigo;

La Bandera (1935) de Julien Duvivier;

La belle équipe (1936) de Julien Duvivier;

Les bas-fonds (1936) de Jean Renoir;

Pépé le Moko (1937) de Julien Duvivier;

La gran Ilusión (1937) de Jean Renoir;

La Bête humaine (1938) de Jean Renoir;

Le Quai des brumes (1938) de Marcel Carné;

La regla del juego (Jean Renoir, 1939)

 

Te recomendamos algunos links:

El neorrealismo italiano.

Línea de tiempo con la historia del cine.

El cine de realismo social estadounidense (que surge en los años 30).

La Nouvelle Vague.

El cine pre-code.

El Código Hays.

Screwball comedy.

La Edad de Oro de Hollywood (cine clásico de Hollywood).

El cine de autor.

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