La Edad de Oro de Hollywood
Cine
La Edad de Oro de Hollywood (cine clásico de Hollywood)
La Edad de Oro de Hollywood es la era del “cine clásico”, que podemos ubicar fundamentalmente en las décadas de 1930 y 1940, aunque también se llega a incluir la de 1950. Una época gloriosa que, como suele suceder con la grandeza, nace de una gran crisis.
El cine sonoro (la primera película sonora es El cantante de jazz, de 1927) ha obligado a muchos estudios a reconvertirse, a realizar grandes inversiones. Y siendo una época complicada económicamente, la mayoría ha quedado en una posición frágil . Y entonces llega la Gran Depresión en 1929 (que se prolongará durante toda la década de 1930). Los estudios pequeños quiebran y sólo sobreviven 8 grandes: RKO Pictures, Paramount, MGM, Fox, Warner Bros., Universal Pictures, Columbia Pictures y United Artists. Aquí también podríamos incluir el caso especial de los estudios Disney, que en esta época también producirá sus grandes clásicos.
Estos estudios toman decisiones que convierten al cine en una verdadera industria como tantas otras: las películas, aun siendo muchas de ellas grandes hitos en la historia del cine, son verdaderos “productos” concebidos con un sistema bien definido y con una lógica comercial. Es el llamado “studio system”.
Las cuatro características fundamentales que rigen estos años en los que se producen los grandes films clásicos de la historia son:
- Integración vertical. Los estudios pasan a ser dueños de los cines en gran medida, asegurándose la exhibición de sus films. Y por otro lado, las salas que no son propias están obligadas a comprar “paquetes de películas”, incluso a ciegas, lo que les garantiza a los estudios la distribución y proyección de los films que no resultan exitosos.
- Centralización de la producción. Los procesos creativos no están en manos de directores ni guionistas sino de uno o dos productores generales de los estudios. Son éstos quienes toman todas las decisiones para convertir el guion (que también ellos mismos eligen) en un éxito de taquilla.
- El sistema de estrellas (star system). Cada estudio tiene su grupo de megaestrellas (así como de guionistas y directores), con contratos a largo plazo muy convenientes para los estudios y casi asfixiantes para las estrellas. Estrellas que cada vez son más famosas y generan más éxitos para los estudios, aunque esto no se vea reflejado en sus remuneraciones.
- Especialización de cada estudio. Cada estudio va encontrando su especialización en uno o un par de géneros, lo que le garantiza mejores resultados. Lo interesante de este período es que la mayoría de los films no tienen, como en otras épocas (fundamentalmente en el cine que vendrá), la “impronta del director”, pero sí tienen la “impronta del estudio”.
Los films de esta era dorada no buscan destacarse por una manera “creativa” de contar historias, sino que sus características fundamentales son bien “clásicas”, bien del gusto de la mayoría: historias con argumentos sólidos, personajes bien prototípicos (bien definidos), narrativa sin ambigüedades, con un orden temporal lineal, sin cosas que puedan confundir. La atención, el deleite del espectador y en definitiva el éxito en la taquilla no se obtienen con geniales artilugios creativos sino con recursos tan elementales como efectivos: buenas historias, espectacularidad en la producción y estrellas en los roles principales.
¿Por qué no continúa esta era dorada? Son tres los motivos que inician la decadencia del sistema de estudios y el sistema de estrellas durante los años cuarenta: las estrellas empiezan a ganarles a sus estudios juicios que revocan esos contratos asfixiantes, casi de “explotación”, a los que están sometidas; también los estudios tienen que dejar de controlar la exhibición (la integración vertical) cuando el gobierno de los Estados Unidos les cae con toda la fuerza de la ley antimonopolios; y por último, ya desde finales de los cuarenta, empieza el auge de la televisión, que demanda muchos de los recursos de producción que posee el cine, y que además cambia los hábitos de consumo. La televisión revoluciona la cultura y, obviamente, el cine no puede aislarse de ese fenómeno. Está obligado a evolucionar.
Imagen: Vivien Leigh y Clark Gable en Lo que el viento se llevó (Victor Fleming, 1939)
Películas representativas:
King Kong (Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack , 1931)
Blancanieves y los siete enanos (David Hand, 1937)
La diligencia (John Ford, 1939)
Cumbres borrascosas (William Wyler, 1939)
Lo que el viento se llevó (Victor Fleming, 1939)
El mago de Hoz (Victor Fleming, 1939)
Ciudadano Kane (Orson Welles, 1941)
Casablanca (Michael Curtiz, 1942)
Qué bello es vivir (Frank Capra, 1946)
El ocaso de una estrella (Billy Wilder, 1950)
Cantando bajo la lluvia (Stanley Donen, 1952)
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Momentos inolvidables del cine: Casablanca (Michael Curtiz, 1942).
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1 comentario
Jorge Suárez R · 12 noviembre, 2022 a las 1:36 pm
Excelencia del resumen.