El toque Capra
Cine
El toque Capra
Cuando llega el sonido al cine, y con el sonido llega la palabra, nace un género importantísimo llamado screwball comedy: la comedia disparatada, de enredos y giros inesperados.
Frank Capra es considerado fundador de la screwball comedy, ya que dirige la primera película representativa del género, Sucedió una noche (1934), que tiene un éxito descomunal e incluso gana el Oscar. Pero lo más maravilloso de Capra no es su talento para hacer comedia, sino su cosmovisión, la manera de ver el mundo que transmite en la mayoría de sus otros films.
A través de su obra, el director muestra un mundo donde, a pesar de su complejidad, siempre triunfa la bondad, la inocencia, el amor al prójimo, la amabilidad, la equidad, el optimismo.
Una imagen clarísima de la mirada de Capra está en Horizonte Perdido (1937), donde el sacerdote que ha fundado un paraíso terrenal llamado Shangri-La, perdido en medio de la cordillera del Himalaya, utopía de un mundo fraternal, dice en un momento del film: “Llegará el tiempo, amigo mío, en que la brutalidad y la codicia mueran por su propia espada. Entonces el mundo buscará una nueva vida y nuestra esperanza es que la pueda encontrar aquí. Porque aquí estaremos con sus libros y su música, y un modo de vida basado en una simple consigna: sé amable”.
En el mundo de Capra, la amabilidad es la clave.
Y ése es el llamado “toque Capra”. El director conmueve con personajes inocentes, cándidos, que creen en el bien y en el amor al prójimo. Personajes que se enfrentan por momentos a un mundo hostil y despiadado, pero terminan triunfando cuando se ponen de su lado todos los demás humildes, los otros débiles, multitudes que se suman a su causa noble y altruista.
El director conmueve porque rescata la humanidad del ser humano, lo que hace al ser humano realmente valioso.
Si algo más tenemos que tener en cuenta, es que todo ese optimismo, ese amor al prójimo, ese altruismo de los personajes, se da en medio de un marco que no es casual: estamos en medio de la Gran Depresión (creada por el crack financiero del año 1929, que provoca una crisis económica terrible). Y la gente necesita el optimismo, necesita creer en algo. El pueblo afligido y golpeado necesita sostener los valores nobles y levantar la moral.
Capra ha dicho: “Mi deseo era hacer un canto a los trabajadores, a los hombres y mujeres sencillos y corrientes, a los que habían nacido pobres, a los afligidos”. El héroe de Capra no es un superhéroe, tampoco es el individuo. El protagonista de las películas de Capra no suele triunfar solo, necesita para hacerlo un héroe colectivo: un grupo de de personas sencillas y vulnerables, que se vuelven poderosas justamente al unirse, y al desenfundar su nobleza, su honestidad, su alma caritativa y, por supuesto, su amabilidad.
Imagen: James Stewart y Donna Reed en ¡Qué bello es vivir! (Frank Capra, 1946)
Películas representativas del “toque Capra”:
La locura del dólar (1932)
Dama por un día (1933)
El secreto de vivir (1936)
Horizonte perdido (1937)
Vive como quieras (1938)
Caballero sin espada (1939)
Juan Nadie (1941)
¡Qué bello es vivir! (1946)
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Las mejores películas estadounidenses de la historia según el American Film Institute.
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Slapstick comedy (la comedia física).
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