Fotografía directa

Fotografía directa

Fotografía. Corrientes, movimientos, estilos.

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Fotografía directa.

 

Hasta principios del siglo XX, la fotografía busca consolidarse como un arte (hablamos de la corriente academicista y la corriente pictorialista) mostrándose sofisticada, muy elaborada. Son evidentes la utilización de muchos recursos y de mucha “expresión artística” por parte del fotógrafo.

Como suele suceder frente a cualquier corriente de cualquier disciplina artística, pronto llega la contrapartida: en este caso, la llamada fotografía directa.

Las imágenes no se componen previamente, no se planean. Tampoco se manipulan después los negativos.

Ya no veremos ni escenografías, ni sutiles fuera de foco para lograr el romántico efecto flou, ni tampoco claroscuros teatrales ni formas vagas. Ahora predominan la nitidez, la calidad de imagen, los tonos bien definidos.

No hay “poses” sino natulalidad.

El fotógrafo ahora trabaja de manera directa, para brindarle al observador una experiencia sin artificios de su mirada de artista.

El fotógrafo  no “compone” ahora una imagen bella, sino que espera con su cámara, con todo su conocimiento técnico y su sensibilidad, a que esa belleza “se manifieste” para capturarla.

Hasta antes de este momento, en que la imagen se “componía”, se considera que la fotografía, si bien había alcanzado el status de arte, aún no se había despegado de la pintura. Con la fotografía directa, la independencia llega definitivamente.

Un ensayo de 1904 de un crítico de arte llamado Sadakichi (el título se podría traducir como Un alegato por la fotografía directa) dice: “Confiad en vuestra cámara, en vuestro ojo, en vuestro buen gusto, en vuestro conocimiento de la composición; […] esperad pacientemente hasta que la escena o el objeto de vuestra visión se revele en su momento supremo de belleza; en otras palabras, componed tan bien la imagen que queréis hacer, que el negativo sea absolutamente perfecto y necesite poca o ninguna manipulación”.

 

Imagen: El entrepuente (1907). Alfred Stieglitz. Es una de las obras fundamentales de la historia de la fotografía, cuando el artista “descubre” esta escena en un barco donde viaja y la retrata espontáneamente, con toda su naturalidad. Él, que ha sido uno de los grandes representantes del pictorialismo, pasa a convertirse en uno de los emblemas de la fotografía directa.

 

Si quieres ver más publicaciones sobre fotografía, te recomendamos algunos links:

Línea de tiempo: corrientes y movimientos de la historia de la fotografía.

La fotografía academicista.

La fotografía pictorialista.

Robert Frank y Los Americanos.

Dorothea Lange y la cámara que enseña a ver.

Cindy Sherman.

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