Trompe l’oeil.

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Trompe l’oeil.

 

Es una ilusión óptica creada deliberadamente por el artista con la intención de engañar al espectador.

Un artificio visual que probablemente no sea lo principal de la obra, que ni siquiera llame la atención al principio, pero que embauca al ojo. Por eso su significado es “engañar el ojo” y su versión en español “trampantojo”.

Sin embargo y más allá de las definiciones, la mejor manera de comprender este recurso (como suele suceder con casi todas las cosas) es a partir de los ejemplos.

Pensemos antes que nada en los frescos: un típico ejemplo de trompe l’oeil es pintar simulando detalles de la arquitectura de la sala donde se encuentra el fresco. Puede ser desde una columna, o un friso, hasta cualquier detalle decorativo o volumen que simule ser parte de la construcción.

Un trompe l’oeil muy conocido (que termina siendo más decoración que engaño, ya que el engaño dura apenas un instante), es simular en los techos un óculo (ventana circular pequeña) a través del cual parece verse el cielo, pájaros e incluso ángeles.
Las falsas ventanas son ilusiones comunes.

Y también es más común de lo que imaginamos el trompe l’oeil en la pintura “de caballete”.

El cuadro que elegimos, por ejemplo, aparenta tener un marco de madera que en realidad está pintado. Y su autor, el flamenco Petrus Christus, se burla de la mirada del espectador pintando una mosca de tamaño real posada sobre ese marco (el cuadro mide 29 cm x 22 cm).

Otro de los tipos de trompe l’oeil más conocidos es la pintura que simula un tablero donde están colgados (aunque en realidad sólo están pintados) elementos de caza, de cocina, instrumentos o herramientas.

Una nota curiosa es que tal vez el pintor del siglo XX más obsesionado por la ilusión de realidad, René Magritte (recordemos su famoso cuadro donde pinta una pipa muy realista y escribe debajo “Esto no es una pipa” obra a la que llama La traición de las imágenes), tiene su museo en Bruselas y todo el edificio llegó a convertirse una vez en un gigantesco trompe l’oeil: una fachada falsa simulaba que la fachada original era apenas una cortina corriéndose, como para poder observar un paisaje que en realidad era una reproducción gigantesca de su obra Imperio de la luz.

El recurso se vuelve finalmente el engaño del engaño. Una metáfora de cómo vemos aquello que consideramos “la realidad”.

 

Imagen: Retrato de un cartujo (hacia 1446). Petrus Christus.

 

Si quieres leer sobre temas relacionados, te recomendamos algunos links:

La traición de las imágenes.

El trompe l’oeil de Masaccio.

Dalí y el método paranoico-crítico.

Recuerda que también puedes encontrar más material utilizando el buscador de la página.

 

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3 comentarios

Patricia · 3 enero, 2020 a las 1:37 pm

Podemos ver los trompe loeil tambien en la capilla de los scrovegni en padua o el studiolo di Federico di Montefeltro a Mantua.

Lucina Gonzalez · 23 marzo, 2017 a las 9:37 pm

me gusta mucho su pagina, pero me gustaría ver mas ejemplos de las distintas corrientes. gracias

    Damián Poggi
    Administrador
    · 29 marzo, 2017 a las 3:34 pm

    Gracias, Lucía. Esto recién comienza y esperamos tener mucho más material en los próximos meses. Saludos!

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