El thriller psicológico
Cine
El thriller psicológico
“Thriller” es una denominación para el género cinematográfico que también llamamos “suspense” o “suspenso”. La palabra viene del inglés y quiere decir algo así como “que provoca emoción, estremecimiento”.
El género del suspense (o de los thrillers) se caracteriza por una trama que genera ansiedad en el espectador, hay un clima de gran tensión que lo mantiene expectante en todo momento por cómo se resolverá finalmente la historia (Al pie de esta publicación hay un enlace al artículo específico sobre suspense).
El thriller psicológico es entonces un tipo de suspense, lo que llamamos un “subgénero”, es una película en la que la ansiedad se genera alrededor de cuestiones mentales de los protagonistas.
Ese protagonismo de la psiquis condimenta el argumento con el inconsciente, con posibles distorsiones de la percepción de la realidad, con la transgresión de la línea que separa lo real de lo irreal.
El trastorno psicológico, la inestabilidad, la alucinación, los juegos mentales, pueden generar situaciones sorprendentes. Situaciones cuyo atractivo se debe en parte, justamente, a que no necesariamente tienen que seguir una lógica perfecta.
Este tipo de temáticas que provienen de una inmersión en la mente humana, también suelen provocar al espectador profundizando sobre temas importantes que pueden relacionarse con su propia psiquis, con l subjetividad en la percepción de la realidad y con la subjetividad en cuestiones morales.
Un ejemplo muy interesante de este género es la película Memento (Christopher Nolan, 2000). En ella, el protagonista padece una pérdida de la memoria inmediata y a pesar de ello quiere resolver el asesinato de su esposa. Su percepción de la realidad está fragmentada y desordenada (él trata de ordenarla con polaroids y tatuándose la información que va a olvidar en poco tiempo). Pero el director cuenta la historia con ciertos recursos que hace que los espectadores la percibamos de manera fragmentada, por momentos confusa. El espectador vivencia una percepción perturbada de la realidad, como el propio protagonista de la historia.
Como reflexión final, pensemos que, cuando juegan la subjetividad y zonas grises del inconsciente, los villanos pueden ser héroes y los héroes pueden ser villanos. Las reglas son distintas a las que rigen nuestra vida cotidiana. Y el cine seduce entonces con uno de sus mayores encantos que es el de llevarnos a recorrer mundos diferentes, exóticos, extraños, aunque en este caso no estén ni allá afuera ni muy lejos.
Imagen: Guy Perce utiliza una cámara instantánea y se tatúa notas en el cuerpo para poder seguir la pista del crimen de su esposa, a pesar de tener la memoria dañada, en Memento (Christopher Nolan, 2000)
Películas representativas:
Gaslight (Luz que agoniza/Luz de gas, George Cukor, 1944)
Undercurrent (Corrientes ocultas/Trágico secreto, Vicente Minnelli, 1946)
Las diabólicas (Henri-Georges Clouzot, 1955)
Vértigo (Alfred Hitchcock, 1958)
Psicosis (Alfred Hitchcock, 1960)
Le locataire (El quimérico inquilino/El inquilino, Roman Polanski, 1976)
The Silence of the Lambs (El silencio de los corderos/El silencio de los inocentes, Jonathan Demme, 1991)
Sexto sentido (M. Night Shyamalan, 1999)
Fight Club (El club de la lucha/El club de la pelea, David Fincher, 1999)
Memento (Christopher Nolan, 2000)
Black Swan (Cisne negro, Darren Aronofsky, 2010)
La isla siniestra (Martin Scorsese 2010)
La migliore oferta (Giuseppe Tornatore, 2013)
Joker (Todd Phillips, 2019)
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