¿Para qué sirven los artistas?

 

¿Qué sentido tiene vivir una vida en un universo hostil, lleno de complicaciones, de lucha y de dolor, si eso no sirve para nada? Y el cómico acotaría: “Y como si fuera poco, además se termina demasiado pronto”.

Un día, el ser humano comprendió que la vida se termina. No se puede evitar el final, que es el principio de la nada. Entonces nació la angustia existencial, la idea del vacío y de la realidad como un absurdo.

Para sobreponerse a ello, en una especie de evolución para la supervivencia de la especie, desarrolló una sensibilidad especial que no posee ningún otro ser: la capacidad de asombro, de poder maravillarse y de reinterpretar el universo. De darle un nuevo sentido, de reinventarlo.

El ser humano desarrolló una sensibilidad única que le permite resignificar la vida, que en principio no tendría ningún significado.

Y ese sentido de maravilla de las cosas es el que le toca al artista mantener despierto.

Es que toda mirada sensible para ver nuevas bellezas y verdades asombrosas, así como los valores heroicos, las causas nobles y las perdidas, la idea de una vida poética y más valiosa aún en tanto se marchita y se termina, se lo debemos en gran medida a los escritores, a los músicos, a los cineastas, a los pintores y a todos los artistas que enriquecen nuestra experiencia, nuestra sensibilidad y nuestra capacidad de admirar.

La vida es algo más que nacer, crecer, reproducirse y morir para volver a la nada. Aúnque sea un absurdo, vale la pena el brillar maravillándose, celebrando la vida y honrando la humanidad del ser humano. Y ésas son cosas que se transmiten a través de las artes y de las miradas poéticas alimentadas en el arte.

Por eso, le advertimos al artista que empieza su camino que su valor es mucho más que el que le atribuyen. Porque su responsabilidda es mucho mayor a la que le atribuyen.

El artista tiene la responsabilidad de combatir el vacío con asombro, creatividad, belleza y magia. De luchar contra la superficialidad, la anestesia y la tontería.

La mirada del artista nos enriquece con nuevas bellezas, nuevas verdades, nuevas perspectivas y órdenes o jerarquías de las cosas.

Ser un artista es tener un alma libre y bohemia pero al mismo tiempo es ser un trabajador. Porque el arte, insistimos, es una responsabilidad. Es una responsabilidad para que todo lo demás tenga sentido.

Porque el cirujano es fundamental para mantenernos vivos. Pero también necesitamos al artista para que mantenernos vivos valga la pena.

 

3 minutos de arte

 

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