Los retratos de Auerbach: esencia en carne viva.
“Seis cuadros. Un concepto”.
Los retratos de Frank Auerbach son un perfecto ejemplo de lo que en pintura se llama “gestualidad”: más allá de la distorsión de los rostros para expresar emociones y sentimientos, las propias pinceladas transmiten emociones y sentimientos de manera independiente a las imágenes representadas. El artista expresa a partir de cómo aplica la pincelada sobre el lienzo.
Y es así como logra un retrato “sin que vea el rostro” (al menos como estamos acostumbrados a verlo).
Aunque no lo aparenten, estos retratos no son espontáneos. Los retratados posan durante largas sesiones y el artista va transformando su fisonomía y su expresión con el correr de las horas, hasta llegar a capturar, como define él mismo, “la esencia física en carne viva”.
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