Los chicos de Murillo
“Seis cuadros. Un concepto”
Murillo se despega del dramatismo que suelen tener las obras del barroco, y tanto en sus escenas religiosas como en las costumbristas busca un efecto más dulce, más suave, más tierno (por eso se dice que anticipa el estilo rococó).
Los niños y niñas de sus escenas costumbristas son pobres y harapientos, pero conmueven por su dulzura, su alegría de vivir, su brillo, su inocencia.
¿Es aquí Murillo demasiado dulzón, demasiado tierno? Hay quienes considerarían este tipo de obras como “un poco kitsch”, en el sentido de querer manipular groseramente la sensibilidad del espectador (lo que comúnmente llamamos “golpe bajo”). Pero, como nos gusta decir, que algo pueda ser kitsch no quita que pueda ser una obra de arte magnífica. En estas obras de Murillo podemos discutir lo primero, pero difícilmente podemos discutir lo segundo.
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Para sacarnos dudas sobre el kitsch.
El encanto del kitsch en la década del noventa.
La Inmaculada Concepción de las Venerables, muy buen ejemplo de la anticipación del rococó.
El período rococó en 5 puntos.
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