Vlaminck.
En la mente de los grandes artistas.
“Tenía la necesidad de destruir las viejas convenciones, de desobedecer a fin de recrear la vida y un mundo liberado”.
Maurice de Vlaminck.
Comienzos del Siglo XX. La modernidad. Esta frase refleja claramente el nuevo significado del arte: el artista ya no representa con fidelidad el mundo exterior a él sino que ahora expresa su mundo interior, muestra su manera de interpretar y sentir el Universo, pinta su propia mirada, crea sus propios mundos e inventa lenguajes para mostrarlos.
Según el mismo Vlaminck, él incorpora en sus “orquestaciones” de colores puros todos los sentimientos de los que es consciente.
Al ver su obra podemos corroborar dos cosas: la primera es su fascinación por la obra de Van Gogh; y la segunda, que entre los fauves (que significa “fieras”, llamados así despectivamente por el uso salvaje que hacen del color) él es el más fauve de todos.
Efectivamente, Matisse es más sensual y Vlaminck más salvaje, más contestatario, más extremo (lo suyo es muy cercano al expresionismo de los alemanes).
Su temperamento fuerte, rebelde, apasionado, se nota en la pincelada nerviosa, en la pintura empastada, aplicada sin ninguna delicadeza, en la agresividad del color.
¿Y por qué “desobedece” para recrear la vida? Lo suyo es una búsqueda que se inicia en un convencimiento tan sencillo como maravilloso: “Yo era pobre, pero sabía que la vida es hermosa…”.
Imagen: El Jardinero (1904).
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1 comentario
Eva Marcos Rubio · 11 septiembre, 2020 a las 8:01 pm
Muy interesante para conocer a grandes pintores,gracias.