La primera exposición impresionista
Historias
La primera exposición impresionista (1874)
Pensemos en una época donde el evento más importante del arte occidental es la exposición del Salón de París. Pero se trata de un evento que no muestra al mundo lo nuevo sino lo viejo: no hay lugar para los artistas con nuevas inquietudes y una nueva mirada.
El Salón de París es el salón del “arte oficial”, y quienes son parte del jurado defienden el arte académico (el que se enseña en la Academia de las Bellas Artes, el que preserva, cuida, e impone las normas clásicas de representación).
Esto genera que muchos de esos artistas que el salón oficial rechaza, rechacen a su vez al salón oficial y busquen caminos alternativos.
El gran antecedente es el Pabellón del Realismo, organizado por Courbet en 1855. Y luego, curiosamente, en 1863, ya son tantos los rechazados, que el mismísimo Emperador Napoleón III autoriza un salón para que éstos expongan en paralelo con el salón oficial: el Salón de los Rechazados, un evento crucial para el nacimiento del arte moderno.
Ya desde 1867, cuando Manet hace una exposición con unas 50 obras suyas, el grupo de artistas de donde nacerá el impresionismo se plantea la necesidad de exponer de manera independiente (algo que tardará años en concretarse).
El grupo de artistas suele reunirse en el Café Guerbois, en el barrio de Batignolles, donde Manet tiene su estudio. Por eso se los llama Grupo de Batignolles. Y a finales de 1873, forman la Sociedad Anónima de pintores, escultores y grabadores. El objetivo es organizar muestras colectivas sin jurados mediante, así como publicar una revista para difundir al grupo y sus ideas.
Cuatro meses después, en abril de 1874, dos semanas antes de la inauguración del Salón de París de ese año, se abren las puertas de la primera muestra de los impresionistas. Es en el taller del fotógrafo Nadar, y exponen unos 30 artistas en 7 u 8 ambientes, un total de 165 obras (por supuesto que, no habiendo una selección regida por un jurado, no toda la obra está en la línea de lo que se llamaría “impresionismo”).
Respecto del público, se discute aún si la afluencia fue un éxito o un fracaso. El punto es que ese número sería relativo cuando, al parecer, muchos visitantes pagan su entrada para “burlarse” de las nuevas y “disparatadas” tendencias.
Hay críticas malas y críticas buenas. Pero la más famosa es la de un tal Louis Leroy quien, refiriéndose al cuadro Impresión, sol naciente, de Monet, escribe: “Impresión… ¡El papel de pared en su estado embrionario parece más acabado que este paisaje marítimo!”.
A partir de este periodista jactándose de esa “impresión”, diez días más tarde de la apertura de la muestra, al grupo le queda el nombre de “impresionistas”. Algunos lo usarán de manera burlona. Otros, de manera halagadora.
Imagen: Impresión, sol naciente (1872). Claude Monet
Participantes representativos de la exposición: Monet, Renoir, Pissarro, Sisley, Degas, Cézanne (recordemos que tuvo su etapa impresionista), Berthe Morisot, Boudin, Guillaumin.
Un detalle: Manet no participa de ésta ni de las siguientes muestras del grupo, ya que su intención es “conquistar” el Salón oficial.
Si quieres leer sobre temas relacionados, te recomendamos algunos links:
El Salón de los Rechazados de 1863.
El taller de Manet en Batignolles.
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3 comentarios
Linda Pizarro · 14 abril, 2022 a las 7:12 pm
Quien iba a imaginar que de aquella crítica mal intencionada y de tanta traba conoceriamos a tan grandes artistas,por esa razón es importante estar abierto a toda clase de propuestas e ideas en el arte,y apoyar a los artistas no limitarnos solo a criticar,ly confundirnos por prejuicios ajenos de mentes estrechas hay que abrir todos los sentidos ❤️
Lita Domínguez · 5 junio, 2021 a las 2:02 pm
El Impresionismo se destacó por el manejo de la luz, de la pintura al óleo, del trazo matérico y rápido. Amo sus colores!
Sara · 18 enero, 2021 a las 6:38 am
Me encanta Monet