Giulio Romano, el alumno prodigio de Rafael
“Seis cuadros. Un concepto”
Giulio Romano es un artista tan talentoso dentro del taller de Rafael Sanzio, que no sólo es su colaborador de mayor confianza sino que además, a la muerte del maestro, el alumno se encarga de terminar las obras que han quedado inconclusas (la Transfiguración, por ejemplo).
La evolución de la pintura de Rafael a la que tendrá el sello personal de Giulio Romano, es el perfecto ejemplo de la evolución de la pintura renacentista a la manierista: de la sencillez, armonía, serenidad y equilibrio de la pintura del maestro, pasamos a una pintura sofisticada, con poses complicadas (con escorzo y figura serpentinata), con movimiento exagerado y una “teatralidad” que anticipan el Barroco, y hasta un colorido caprichoso, poco natural.
La obra de Giulio Romano es, definitivamente, un claro ejemplo de la pintura del manierismo.
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