Bronzino y los cuellos manieristas.
“Seis cuadros. Un concepto”.
Bronzino es un ejemplo muy claro de manierismo, donde a la figura humana se la “tergiversa”, se la estiliza al extremo, para alcanzar altos grados de elegancia, belleza y exquisitez.
Las proporciones son caprichosas, artificiales (las obras manieristas, debido a las proporciones, a las posturas complicadas de las figuras y a los colores brillantes, siempre tienen un halo artificioso, se ven “poco naturales”).
Los cuellos que pinta Bronzino (como los que pintan otros manieristas como Parmigianino o El Greco, por citar a dos) son extremadamente largos, pero esa exageración se traduce en gracia, en un aire de distinción, en sofisticación y delicadeza al mismo tiempo.
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