Vermeer y la cámara oscura
Historias
Vermeer y la cámara oscura
Es tan sorprendente el realismo y la perspectiva lograda en los diferentes planos de las obras de Vermeer, que se ha llegado a la conclusión que el artista se ha valido de la cámara oscura para delinear las composiciones.
¿Qué es cámara oscura? Es el antecedente de la cámara fotográfica. Y en realidad es un descubrimiento/invento más antiguo de lo que podíamos pensar. Originalmente se trata de una habitación oscura a la cual, si se le hace un pequeño agujero en una pared, la luz que entra por éste proyecta sobre la pared de enfrente la imagen de lo que hay afuera (eso sí: se proyecta de manera invertida).
Sobre ese fenómeno que provoca la luz cuando atraviesa un pequeño orificio, habla Aristóteles en la antigua Grecia. Y a finales del siglo X, el erudito árabe Alhazen (algunos lo consideran el primer científico de la historia y “padre de la óptica”), ya describe la cámara oscura.
En el siglo XV, será perfeccionada por Leonardo da Vinci y, en el Renacimiento también, Giambattista della Porta le agregará una lente al orificio de entrada de luz, para que la imagen reflejada se vea más nítida.
Ya en el Siglo de Oro holandés, la época de Vermeer, la cámara oscura se ha convertido en una gran caja de madera con una lente. El haz de luz que la atraviesa rebota en un espejo inclinado (para que la figura proyectada deje de verse invertida), y la imagen se refleja en una superficie plana transparente. Es una imagen que se ve como si fuera una fotografía, a la cual, si el artista le coloca encima un medio con cierto grado de transparencia, puede “copiar” sus contornos. De ese modo, la composición lograda tiene una perspectiva que da la profundidad y los volúmenes “perfectos” para nuestro ojo.
Es importante que tengamos en cuenta esto: en realidad, la cámara oscura, por muy “mágica” que sea para su época, es apenas una herramienta óptica “auxiliar”. Ni ha convertido a Vermeer en Vermeer, ni ahora que sabemos que el artista seguramente usaba esta “tecnología”, sus obras deberían parecernos menos asombrosas.
De no haber tenido este pintor ni su virtuosismo técnico ni su talento artístico para captar el alma de una escena, sus obras no serían esas obras que hoy nos conmueven, sino apenas unas composiciones con perspectiva y proporciones bien “realistas”. Tendríamos apenas algo menos que una fotografía.
Imagen: El arte de la Pintura (h. 1666). Vermeer
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